domingo, 28 de septiembre de 2014

OPORTUNIDAD

Gallardón dimite, después de meses de tira y afloja con la ley del aborto que a nadie satisfacía a la derecha más conservadora por floja y al resto de la población por cortapisa de libertades tan duramente conquistadas. Gallardón aseguraba que la ley saldría adelante por una cuestión de principios morales propios, olvidando creo que él está en su puesto para gobernar para todos los españoles y no para imponer su moral y criterio. La reforma de esta ley era algo que el PP llevaba en su programa electoral y se han esforzado por cumplirla, quizás para poder decir que algo de lo prometido fue finalmente realizado, porque en cuanto a promesas cumplidas Rajoy se irá con un 0 enorme, y sin embargo no arrastra ese desgaste que en lógica debería tener, y es que a fuerza de no comparecer, televisores de plasma y arengas leídas y repetidas hasta el aburrimiento ha conseguido resguardarse del chaparrón de su legislatura, cosa que no ha ocurrido con sus ministros, Montoro, Wert y ahora Gallardón que están calados hasta los huesos. Y es que sorprende ver a Gallardón en este brete, él que era el alcalde estrella de Madrid con mayoría absoluta y brillante orador en los plenos del ayuntamiento de la villa y corte, sobre todo si lo comparamos en ese desastre llamado Ana Botella, alias "relaxing cup of café con leche in...", con un futuro tan brillante como sele preveía, incluso se le llegó a postular como posible candidato a la presidencia del gobierno (en teoría el gris Rajoy no podía hacerle sombra), poca gente podría adivinar un final tan desastroso, siendo desautorizado por el presidente del gobierno, teniendo que dimitir y con un futuro laboral a corto-medio plazo absolutamente incierto. Desde que Gallardón asumió la cartera de justicia fue mudando de piel, de la figura más progre de las filas conservadoras, con matrimonios gays en su haber, hasta la figura que es hoy rozando el radicalismo ideológico y abusando de una mayoría absoluta para imponer supuestas convicciones morales, y digo supuestas porque hasta hoy no se sabe si la famosa ley fue ideada por Gallardón o por el propio Rajoy, ni tampoco se sabe porque la llevó a cabo el ministerio de justicia y no el de sanidad, todo normal dentro del silencio y oscurantismo propio de la calle Génova. Al final la ley se retira presumiendo la debacle electoral que supondría para el partido del gobierno llevarla hasta sus últimas consecuencias, sin importarles las consecuencias de su acto, en este caso el final de la carrera política de Gallardón y el malestar total de una parte muy fiel de sus votantes que ya contaban con la aprobación de la misma, y tras el testigo de todo esto me es inevitable acordarme de uno de los grandes libros de Saramago "Ensayo sobre la lucidez", donde la democracia llevada hasta sus límites les da tanto miedo a la clase política que no dudan en poner todas sus armas a funcionar para evitar que el pensamiento, las necesidades y la voluntad de la mayoría triunfen porque van en contra de sus intereses. Considero que en los tiempos que corren en nuestro país la lectura y relectura de este libro es indispensable ya que nos sentiremos identificados con la población de la ciudad secuestrada por su clase política por el terror que éstos sienten al poder de la democracia real. No puedo dejar de pensar en una frase de mi, cada vez más, admirada sor lucía que no hace mucho dijo en un programa de televisión: "maldita crisis, pero bendita oportunidad", ya que no estamos sólo ante una crisis económica brutal, sino también ante una crisis del sistema social, económica, política,... ante la pérdida absoluta de un sistema de bienestar social que creíamos ganado por derecho y ya seguro para nosotros y para el futuro, como decía sor Lucía debemos aprovechar esta oportunidad para que todo cambie y nada siga igual.

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